Esta tarta se la hice a mi madre, que es una amante de las tartas de manzana.
Por otro lado, aproveché la oportunidad para experimentar un poco con el chocolate.
En concreto, quería probar a hacer detalles de chocolate solidificado con formas irregulares, para esto hay que fundir el chocolate de cobertura con una combinación de tiempo de fusión - calor específica, con el fin de conseguir una buena solidificación al enfriar.
Vamos a ello:
En primer lugar preparé la masa de bizcocho de limón y canela, la introduje en el molde desmontable y lo cubrí con una buena capa de manzana laminada. Y al horno.
Una vez estuvo correctamente horneado, lo saqué del horno y le puse una segunda capa de manzana laminada y una capa de mermelada de naranja amarga (la favorita de mi madre).
Mientras se horneaba el bizcocho, fundí chocolate de cobertura con cuidado de no pasarme de calor (a fuego medio y dando vueltas), y nada mas fundir, esparcí el chocolate sobre una bandeja protegida con papel de aluminio, haciendo una delgada capa.
Tras esto, lo metí en el frigorífico para que solidificase. Una vez solidificado, me dediqué a partir con las manos la lámina de chocolate en trozos irregulares para después colocarlos sobre la tarta, quedando un resultado bastante atractivo por el contraste de colores y sabores:
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